Las estilográficas de la firma Conway Stewart son a día de hoy un gran ejemplo de artesanía inglesa, ya que es la única marca de Gran Bretaña que continúa elaborando a mano plumas estilográficas con técnicas tradicionales y con una belleza y una atemporalidad sin igual.
Vamos a conocer sus modelos más famosos, así como la historia de la firma londinense y la de sus fundadores, Frank Jarvis y Thomas Garner.
Modelos
La firma Conway Stewart
La historia se remonta cuando en 1905 Frank Jarvis y Thomas Garner fundaron la Conway Stewart & Co. Limited en Londres, concretamente en Paternoster Row, 13, cerca de la famosa St. Paul’s Cathedral. Esta zona fue completamente destruida durante un bombardeo aéreo en la Segunda Guerra Mundial y se reconstruyó de nuevo. Hoy en día se conoce como Paternoster Square.
Tan solo un año después se unió el hermano de Frank, Stanley Jarvis, y ellos tres pusieron en marcha esta empresa con la idea de fabricar utensilios de escritura elegantes y funcionales.
El origen del nombre
Aunque la firma empezó en 1905, no fue hasta 1920 que se registraron como marca comercial. No hay acuerdo unánime sobre el origen del nombre de la firma, pero se cree que lo tomaron de los actores Conway y Stewart, que por aquella época eran muy populares y representaban un espectáculo de varietés y de vodevil en el Collins Music Hall de Islington.
Un salto arriesgado
Tanto Frank Jarvis como Thomas Garner corrieron el riesgo de dejar sus trabajos estables en De la Rue, otra empresa de estilográficas muy puntera en la época, para, en un principio, dedicarse a vender plumas realizadas por otros fabricantes. Se centraron en la importación y venta de plumas estadounidenses, aunque luego empezaron la fabricación propia. En este primer periodo de ventas cosecharon un éxito importante, pero seguían sin poder competir con De la Rue, cuya marca en ese momento era muy notable e invertían mucho en publicitar sus nuevos modelos. Fue en ese momento en que se dieron cuenta de que no podían comercializar plumas importadas y sin nombre y se decidieron a formar una empresa propia, con nombre propio y con el control del proceso de fabricación. Fue así como Jarvis y Garner crearon Conway Stewart, con el objetivo de crear instrumentos de escritura elegantes, bellos y funcionales al mismo tiempo y comenzaron a ganar cota de mercado entre los ingleses.
Los dorados años 20
Sin duda alguna, los años 20 del siglo XX fueron los mejores años para Conway Stewart. Además de registrar el nombre de la empresa, empezaron a fabricar estilográficas, primero de cuentagotas en ebonita. También incluyeron en sus mecanismos la carga por palanca, la carga por bomba y algunos seguros para que no hubiese fugas de tinta.
En un principio, sus innovaciones tecnológicas no fueron un éxito, pero Jarvis y Garner eran buenos empresarios y contrataron a un jefe de ventas, Frank Capper. Él fue el responsable de dar a conocer al mundo mediante publicidad que Conway Stewart era un fabricante de «estilográficas fiables, de calidad y a buen precio«, que en inglés era «reliable fountain pens for a low price«. Así, el negocio fue creciendo en la década de los 20, hasta convertirse en uno de los líderes del mercado.
Una firma de diseño
Cabe destacar que durante los primeros años, las plumas de Conway Stewart prácticamente eran iguales que las de otras marcas de la época, sin embargo, en 1925 se convirtió en una empresa de diseño, ya que lanzaron un modelo registrado llamado «Dinkie«, junto con una patente de un nuevo mecanismo de palanca de bloqueo. Todo esto hizo que empezasen a ganarle terreno a otros fabricantes de estilográficas de la época.
Otra innovación de esta década fue la introducción del celuloide de colores brillantes en sus diseños y presentaron modelos clásicos y conservadores, pero también otros más llamativos y extravagantes. La conjunción de un buen diseño, una fabricación de calidad y un precio asequible fue la clave de su éxito.
Otros modelos destacado de esa época fueron el Dandy, en 1924 y la estilográfica Duro.
Cambio de instalaciones
En 1923 el edificio de la empresa en Shoe Lane 75-82 contaba con seis pisos y 500 empleados. En 1927 tuvieron que invertir en nuevas instalaciones, que se convirtieron en su sede durante la década de los 30 y de los 40.
La gran depresión
En los años 30 muchos países occidentales sufrieron el golpe de la depresión, pero Conway Stewart pudo sortearla gracias a su política de buenas plumas a buenos precios. Aunque no obtuvieron beneficios, pudieron permanecer en el mercado y en 1935 Conway Stewart & Co. liquidó sus activos para refundarla y salió a bolsa para recapitalizarse. Su capital social de 115000 libras esterlinas se obtuvo gracias a la venta pública de acciones normales y preferentes, así como la venta de la antigua empresa. Por otro lado, el equipo directivo permaneció siendo el mismo.
Plumas sin nombre
Un aspecto curioso es que los modelos de estilográficas de esa época no tenían nombre. Los nombres que hoy conocemos han sido creados por los coleccionistas a lo largo de los años. Así, encontramos modelos como «Cracked Ice» («Hielo roto»), «Reversed Cracked Ice» («Hielo roto reverso») o «Tiger Eye» («Ojo de tigre») se utilizaron para muchos modelos durante muchísimos años.
La Segunda Guerra Mundial
Este fue un periodo durísimo para todas las personas y todas las empresas del mundo y, normalmente, es un episodio que se intenta pasar por alto, pero existe y debe contarse. En la Segunda guerra Mundial las naves de la fábrica de Conway Stewart fueron bombardeadas durante la Blitzkrieg, un bombardeo aéreo por sorpresa. Además, durante esos años, parte de la producción se tuvo que dedicar a la fabricación de armas, aunque siguieron produciendo estilográficas, aunque en un número limitado. Hay que pensar también que sufrieron limitaciones por la racionalización de los materiales, que se mantuvo hasta finales de los 40.
La estilográfica de Churchill
De esta época cabe destacar que saltó a dominio público que Winston Churchill, Primer Ministro de Inglaterra durante ese periodo, escribía con una Conway Stewart. De hecho, en 1996, la firma sacó una estilográfica con su nombre para rendir homenaje al ex primer ministro y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1953.
Los 50, la segunda era dorada
Por suerte, la firma pudo aguantar los embistes de la Segunda Guerra Mundial y en 1950 la fábrica se trasladó a Stepney y volvió a crecer. Este crecimiento fue fruto de varios factores. Por un lado, de las campañas de publicidad, que estuvieron al nivel de las de Sheaffer, Parker y De La Rue, líderes en la época. Aquí podemos ver un anuncio de 1950 que dice «Gives character to your writing» («Le da personalidad a tu escritura«, refiriéndose a ella como «La famosa pluma con el maravilloso plumín».
En este otro anuncio de 1956, se vuelve a repetir lo mismo del anuncio anterior, pero se le añade «The finest pens – The greatest value«, es decir, algo así como «La mejor pluma al mejor precio».
Así, el nombre de Conway Stewart se hizo un hueco en la mente del público potencial. Por otro lado, los modelos estéticamente eran muy bellos, como el modelo espiga y otros jaspeados.
Modelo 58
En esta década se comercializaron varios modelos, como el 58, que salió en 1950 como la primera estilográfica grande de la posguerra con sistema de recarga por palanca.
A partir de ese momento, los modelos se comercializaron con números, como 100, 200, 204, 300 y 1200.
La Floral 22
En 1955, para celebrar las bodas de oro de la fundación de la empresa, lanzaron una estilográfica preciosa, la Floral 22. Se trataba de una estilográfica adornada con rosas sobre un fondo crema. En su momento no tuvo mucho éxito, pero hoy en día es muy apreciada por los coleccionistas. También hay aún hoy preguntas sin responder sobre su «fracaso». No se sabe si se limitó la producción por complejidad del material o simplemente el mercado no estaba preparado para aceptar un diseño tan moderno y exótico. Hoy en día un modelo muy buscado por los coleccionistas. Se ha vuelto a fabricar en oro macizo con esmalte pintado a mano.
La llegada del bolígrafo y del moldeo por inyección
También en los años 50 y los sucesivos, Conway Stewart se vio afectada por la llegada del bolígrafo, como todas las firmas de estilográficas, así como por la introducción del moldeo por inyección para la fabricación de plumas. Así, salieron al mercado plumas de plástico de colores sólidos y el precioso celuloide estampado de Conway Stewart se vio reemplazado. Así, el resultado, aunque seguía siendo de calidad y fiables, su apariencia no era tan buena como antaño. Todo esto hizo que se adaptaran a los nuevos tiempos y en 1957 lanzasen su primer bolígrafo, el Conway 90.
La bancarrota
En los años 60 atravesaron una grave crisis y se estancó, al igual que prácticamente todas las firmas de estilográficas. Esto fue debido a la llegada masiva de los bolígrafos desechables importados, muy económicos, con los que era prácticamente imposible competir, por la inflación y porque se empeñaron en seguir con los diseños y las tecnologías que le habían hecho alcanzar el éxito unas décadas antes, pero que ya no eran viables. Así fue como en 1975, tras haberla vendido y haberse trasladado de Enfield a Bedwas, en el sur de Gales, la empresa llegó a la bancarrota. Por suerte, se conservaron los archivos con todos sus documentos y diseños.
Reapertura en los años 90
En los años 90, también como el resto de marcas de plumas estilográficas, experimentan un resurgimiento, ya que el público vuelve a apreciar las plumas de gran fabricación, lo cual le da estatus y prestigio. También surgieron grandes coleccionistas de plumas alrededor del mundo, los cuales apreciaban Conway Stewart por su calidad y por lo que en su día representó para Gran Bretaña.
Así, tras una importante inversión en desarrollo y en diseño, Conway Stewart volvió a abrir, esta vez en Plymouth, en el condado de Devon. Comenzó entonces una nueva era donde se centraron en la elaboración de plumas para los que aprecian artesanía tradicional, la belleza y la utilidad no desechable de una pluma, así como el placer de la escritura con ella.
The Gold Collection: Plumas de oro macizo
De las estilográficas de los años 90 destaca la gama «The Gold Collection», una colección de plumas de oro macizo. donde mostraban y demostraban el trabajo de los maestros artesanos ingleses en lo referido a la pintura a mano, el esmaltado y el grabado. En mercados de coleccionismo, piezas como una versión de la Dandy Cracked Ice de oro blanco grabada a mano han llegado a venderse por hasta 10.000 Libras esterlinas, unos 11.346 € en la actualidad (febrero 2021).
La estilográfica Churchill
Como hemos comentado antes, en 1996 se lanzó la estilográfica modelo Churchill para conmemorar y celebrar la vida de Sir Winston Churchill y su inmenso interés por la literatura y la escritura durante toda su vida, lo que le llevó a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1953 .
El Centenario en 2005 y sus plumas especiales
Con motivo del centenario en 2005, Conway Stewart lanzó la nueva serie One Hundred, en la que volvieron a fabricar el modelo 100, que salió al mercado por primera vez en 1954 y tuvo mucho éxito. También sacaron al mercado la gama Silver Duro, fabricada en plata esterlina pura, inspirada en los grandes diseños de la época eduardiana.
Ilustres personajes que poseen una Conway Stewart
Poseer una Conway Stewart suponía y supone tener cierto prestigio. Además de Churchill, la reina Isabel II también poseía alguna. Ella y su marido, fueron obsequiados con dos plumas Conway Stewart de la «Gold Collection» con motivo de sus bodas de oro.
Por otro lado, el primer ministro británico Tony Blair regaló al presidente Putin una pluma Conway Stewart, el modelo Churchill Burgundy, en una visita de estado a Rusia y el por aquel momento presidente francés Jacques Chirac recibió una Churchill Brown Marble para celebrar su septuagésimo cumpleaños en 2002.
Por si fuera poco, Conway Stewart fue la pluma oficial elegida por el Gobierno británico para la Cumbre del G8 celebrada en Reino Unido, en mayo de 1998, en la que el Primer Ministro por aquel entonces Tony Blair regaló un set Conway Stewart nº 58 a cada uno de los líderes mundiales del G8. Por otro lado, los ex presidentes Bush y Clinton también han sido propietarios de plumas Conway Stewart.
También Rick Wakeman, estrella del rock progresivo, ex componente del grupo Yes, tiene una gran colección de plumas estilográficas, donde Conway ocupa un puesto especial.
Conway Stewart en la actualidad
En 2014 cerró la fábrica de Conway Stewart, pero Bespoke British Pens adquirió el stock de componentes y hasta la fecha se ha esforzado por mantener la herencia y la tradición de Conway, manteniendo las prácticas de la firma, con el objetivo de seguir fabricando las plumas británicas más bellas y elegantes, con el mismo mantra bajo el que se fundó la compañía en 1905: producir instrumentos de escritura elegantes, atemporalmente bellos y funcionales.
Churchill «Never Give In» Duro Garnet Red
Actualmente, cuentan con cientos de modelos en su página web, donde vemos que los más vendidos son el Conway Stewart Churchill Heritage ‘Never Give In’, el Duro Garnet Red, el The Turing-Welchman Pen, el 100 COMMANDER, entre otras ediciones de Churchill.