De la marca española de estilográficas Super T, por desgracia, no sabemos mucho ella. Aunque se encuentran bastantes ejemplares de plumas de esta marca en tiendas de segunda mano, no hay demasiada información sobre la empresa. Aun así, voy a contaros lo que he podido averiguar sobre ella.
Modelos de estilográficas Super T
A continuación podéis consultar algunos modelos famosos de la super T, como la Super T Gester o la Super T Olimpia.
Historia de la firma Super T
La marca española de estilográficas Super T fue fundada en 1942 en Torelló, en la comarca de Osona, provincia de Barcelona, por el empresario Manuel Portús Ribas. De hecho, la referencia a la «T» de Super T viene por el nombre de Torelló. Desde sus inicios, este emprendedor tuvo clara la idea de fabricar plumas de calidad.
En esta imagen podemos ver el nombre de Manuel Portús Ribas y el de la localidad, Torelló (Barcelona) encabezando este albarán de 1953 con dos plumas, una modelo 20 por 226,65 pesetas y otra modelo 40 por 266,65 pesetas. Por curiosidad, he hecho el cálculo teniendo en cuenta la inflación y, a día de hoy, estas plumas tendrían un precio de unos 86.55 € y 102.17 €, respectivamente.
Los primeros modelos Gester
Durante la década de los cuarenta y de los cincuenta del siglo XX, Super T produjo principalmente la estilográfica Gester (nombre que se compone por la unión de Ges y Ter, el nombre de los dos ríos que convergen en Torelló), en producción desde 1943, que tenía varios modelos modelos como el 20, el 40, el 60 y el 80.
En esos primeros modelos, tal y como podemos ver en la imagen, la estilográfica llevaba grabada su marca, así como el nombre de la localidad «Torelló (Barcelona)».
Una pluma viajera
Como por esa época ya se hacía uso del avión como medio de transporte y las plumas daban problemas a bordo, Portús fue consciente de ello y sacó al mercado plumas que se podían utilizar en aviones, de ahí una publicidad de la Super T que la nombra como «una pluma viajera». Además, en otras publicidades podemos leer: «La pluma estilográfica Super T no gotea, suda ni mancha los dedos, y va provista de una cámara de compresión hermética que la hace insensible a los cambios de presión. De lujoso acabado, capuchón blindado, pluma protegida y diseño aerodinámico«.
Miles de kilómetros
Siguiendo con la idea de una pluma viajera, nos encontramos con este otro anuncio de los modelos 20, 40 y 60 en que la destaca como una pluma que ofrece «miles kilómetros de escritura uniforme» y añade: «Si escribiera con la plumilla de la Super T día y noche sobre una tira de papel continua, su punta seguiría sin desgaste durante 25 años. Esta demuestra la auténtica calidad de esta gran estilográfica«.
20 tipos de dureza y trazo en plumín
Otro punto en el que destaca la marca Super T es que ofrecía hasta 20 plumines distintos, con diferentes durezas y trazos, para que se adaptase bien a la escritura de cada persona y le otorgara el carácter deseado.
Garantía eterna
En esos años estaba muy de moda ofrecer garantía de por vida, en este caso «garantía eterna». Lo ofrecían otras marcas, como el diamante azul de Parker o como el punto blanco de Sheaffer, pero esto se prohibió unos años después.
Producción de la tinta Quink de Parker
Parece ser que en los años 50 Parker intentó comprar la empresa, ya que estaba interesados en el sistema de chapado en oro que realizaba Super T en los capuchones, de calidad y con buenos resultados. No llegaron a un acuerdo de compra, pero como fruto de las negociaciones, empezaron a producir la tinta Quink de Parker en sus instalaciones de Torelló.
Premio Delta de Oro para el modelo Olimpia
El modelo Olimpia ganó un premio de diseño, el Delta de Oro en los Premios Delta de la ADI FAD (Associació de Disseny Industrial y la asociación Foment de les Arts i del Disseny ) en el año 1961, precisamente el primer año en el que se otorgaba este premio. La podemos ver en el catálogo que se realizó en 2010 con motivo del 50 aniversario de los premios.
Declive y cierre
Por desgracia, la firma desapareció en 1976 definitivamente, cinco años después de la muerte de su fundador, que contaba con tan solo 62 años de edad. Durante esos últimos años, la empresa estuvo en manos de su hijo Juan Manuel y entró en crisis debido a la alta competencia del bolígrafo y del excesivo coste de manufactura de plumas de calidad.
Por suerte, nos quedan sus plumas de buen diseño y calidad así que, si encontráis alguna en el mercado de segunda mano, os animo a que la compréis y que le deis una segunda vida que bien se merece, como yo he hecho con la Super T Olimpia.