Mi abuela me regaló una Parker 21 cuando estaba en 3o de primaria, tendría unos 10 años. Recuerdo que a veces se cerraba muy fuertemente y que para abrirla y cargar la tinta yo la mordía hasta que conseguía desenrroscarla. También, en un par de ocasiones le arruiné el plumín. El hecho es que la mandaron a arreglar! Desde entonces la aprecié más y la tuve conmigo por 20 años, aproximadamente. Cuando iba a la universidad en un bus me robaron un día mi “cartuchera” de cuero donde tenía, entre otras curiosidades y finezas, mi amada Parker 21. Gracias por darme la oportunidad de contarles mi historia y de hecho voy a buscarla en el mercado de 2a mano. Después de 35 años, y en recuerdo de mi abuela, volveré a tener mi Parker 21.

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